No recuerdo la primera vez que pise
este bar, pero seguro que fue con mi padre agarrándome de la mano,
después de un matinal paseo de Domingo. El Clavero, esta situado en
la Calle Batalla de Brunete, junto a la Plaza de Extremadura, corazón
del barrio de las batallas de Leganes. Echando la vista atrás y
desde que pueda tener algo de uso de razón, puede que sea uno de los
primeros bares donde entre, el Bar Clavero y el Bar Manolo, que
estaba situado en el Callejón, hoy día lleno de bares con ofertas
ridículas adaptandose a la economía de los “Calculines” que
pueblan el barrio desde que el Saboya dejo de ser un cuartel, en fin,
del Bar Manolo también podría hablar, pero aquella nueva demanda
acabo con el, me refiero al bar, Manolo seguramente seguirá vivo, si
no le mato, en su tiempo, toda la mierda que estaba presente en el
bar, dudo que haya muerto por una simple enfermedad.
Pero vamos a seguir con lo que nos
incumbe, el Bar Clavero. Los padres de Nano, el actual barman y
regente del bar, compraron un par de pisos bajos cuando la Plaza de
Extremadura era todavía de tierra y montaron el bar, que en un
principio tenia incluso un equipo de fútbol, que jugaban en los
campos de Los Frailes, los que había en, la hoy día conocida como,
Plaza Mayor o en otros situados por la zona del colegio Gerardo
Diego.
El Negocio familiar, lo heredaron los
hijos Nano y Santi, pero de un tiempo a esta parte Santi lo dejo y se
quedo al frente solamente Nano.
En este bar (y en el de Manolo), puede
ser, donde se empezó a forjar mi fijación y amor por aquellos bares,
que como dice mi compinche Alvarito Cervezas, el camarero no es un
simple engranaje, si no un amigo, psicólogo, sociólogo o juez.
Mi padre, que no es alcohólico ni mucho
menos, lo que simplemente le gustan son los bares y mas si el regente
es amigo de toda la vida, por eso y por falta de coche y tiempo, en
mi infancia rara vez pise el campo, la montaña o un pueblecito
historico en las afueras, no, mi padre no era (ni lo sigue siendo)
ese tipo de padre socio-cultural, mi padre es de barrio y amigo de
sus amigos y después de llevarme a dar patadas a un balón y montarme
en el tobagan, tras una interminable semana de jornadas de sol a sol
en la obra, lo que le apetecía al hombre una mañana de Sábado o
Domingo, era beberse una jodida cerveza, como a todo hijo de vecino,
rodeado de iguales y amigos...
Muchos hijos con padre
socio-culturales, dirán que vaya mierda de infancia, que ya hubiera
tenido tiempo para ir al bar de mas mayor, pero yo les digo que se
jodan, que la montaña, las rutas y los pueblecitos con historia ahí
siguen, pero aquellos bares de barrio ahora mismo, están en peligro
de extinción. Insisto y vuelvo a hacer incapie que 100 montaditos,
Lizarran y todas esas franquicias y cadenas, no son bares, son una
puta mierda y me cago en ellas, porque con sus estúpidas ofertas
están dando por el culo y acabando con nuestros bares, los de verdad.
Por lo que, si, como lo veis, cuando
ellos estaban en la montaña haciendo rutitas y conociendo
pueblecitos, yo estaba conociendo otra cultura, que ellos ahora mismo
no tendran tanta facilidad en conocer y adentrarse. Además, ahora
mismo, puedo compaginarlo paralelamente, mi amor por los bares y las
salidas a la montaña, a hacer rutas o a conocer pueblos. Ahora que
tengo los medios puedo conocer y preocuparme por aquello de que
pequeño no conocí, por lo que joderos de nuevo, que en lo que
respecta voy ganando 1-0.
Ahora bien, sigamos... En el Clavero,
puedes tomar botellines, chatos de vino o castellanas, sol y sombras,
carajillos y demás. La tapa, no es el punto fuerte de esta iglesia,
pero siempre caen en gracia unas almendritas fritas, unas aceitunas,
un trozo de morcilla o chorizo en una rebanada de pan, una fina
loncha de tocino con una rodaja de tomate, las clásicas anchoas con
patatas fritas, boquerones en vinagre, sardinillas en conserva o el
atún con pimientos, como veis, todos clásicos, pero hechos al día y
con gusto.
Mas que de la tapa, se disfruta de su
ambiente: los viejos cabreados echando la partida, el borracho al que
le tiran de la lengua, los que acaban a voces y después invitándose a
otra ronda, tras discutir por cualquier tema, las discusiones sobre
fútbol de personas que jamas han pateado un balón, pero lo que mas
les gusta, después de las mujeres y el vino, es que gane su equipo o
las típicas charlas, con el codo hincado en la barra y el botellín o
la copa en la otra mano, sobre los hijos de puta que gobiernen en el
momento. En este sitio, no callo en gracia la ley anti-tabaco, por lo
que la parroquia deja la puerta abierta, para que el bar huela como
tiene que oler, esa mezcla entre humo, alcohol y productos de
limpieza.
La decoración, es otro de sus puntos
fuertes... Un antiguo cuadro de publicidad del whiky Jhonny Walker,
recuerdos del doblete, de nuestro querido Atleti, bufandas de equipos
presidiendo la barra, cuadros con el escudo del Glorioso y dos
joyitas, o por lo menos para mi, la bufanda de los UltrasTumbas del
Jaraicejo (pueblo de mi progenitor y de toda la familia Clavero) y el
cuadro con la plantilla de la temporada mil novecientos setenta y...
del ya mencionado equipo que tenia el bar.
Les aconsejo ir y disfrutar, sobre todo
en día de partido o al medio día, para disfrutar de la partida.
Larga vida al BAR CLAVERO!
RATA DE CLOACA
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