Aquí Bilipotass,
quizás el más desgraciado de los “escritores” de este blog o de
los escritores a secas, si no he escrito nada antes ha sido por que
necesitaba estar lúcido para no escribir cualquier mierda (que
seguramente esto lo sea) y por que me ha sudado los huevos, las
verdades sean dichas. Pero finalmente, aquí estoy, contento, con
ganas de escribir y dispuesto a complaceros o a desagradaros hablando
de lo que para mí quizás sea uno de los mejores bares que transité.
Situado en el barrio de
San Nicasio, exactamente en la calle Mendiguchía Carriche,
colindando con el Bellísima Center, peluquería del barrio de
dominicanos regentada por El Siriako conocida por no cortar el pelo y
¡¡amparar en sus puertas a toda esa banda de diablos!!…dificultando
el paso a las señoras que van o vienen de la iglesia, haciendo
frente al Modas Tallín (que no quebrará en la puta vida) y teniendo
poco que ver con los otros bares de esta misma calle…Nada
comparable al asqueroso Chilaba, ni al glorioso norte y sur que
tantas veces nos ha asistido en la batalla de tomar el último
botellín cerca de casa… este bar era El Juniol, el San Miguel, o
el Spitz Bar conocido en sus inicios. Un bastión de resistencia en
lo más profundo del barrio, clavado en su interior, con saña,
amparando a los pobres desgraciados de los precios abusivos o de caer
en las garras de cualquier bar de mierda, como el puto Chilaba. Una
pequeña porción de la República Dominicana que se coló en San
Nicasio allá por el 2008, un consulado internacional, una ensalada
de acentos, bebidas, vicio, música y golfos de toda clase y
procedencia. Un bar discoteque diría yo…
El tiempo en que los
marginales disfrutábamos de esta iglesia de la diversión, esta meca
del vicio, ya terminó, estuvimos un tiempo muy oscuro sin nada
similar en el barrio... Caminar por las calles desamparados, a
desgana, dando patadas a las piedras; incontables proyectos de bandas
de punk fallidos y este blog han sido los resultados… Pero la luz
resurge de repente, y el Juniol decidió abrir un garito nocturno en
algún privilegiado barrio de Leganés hace unos meses… asi que
aquí os quedáis que yo me voy a La Candela, al calido abrigo de la
República Dominicana a menear el esqueleto y a cantar a pleno pulmón
con Frank El Siego el “Esa me la doy yo” o el “Este jumo que
traigo, no lo cambio por nada”
Un saludo, y como diría
el Juniol: ¡¡¡Que nos dejen vivil lo que es la vida!!!
DIIAABLLOO COOÑOO
BILIPOTASS